domingo, 25 de noviembre de 2018

25 DE NOVIEMBRE: LA HISTORIA DE LAS MARIPOSAS QUE HOY SOMOS TODAS









Por: Anahi Alurralde Molina*

En este escrito voy a hablar de  una de las historias más furibundas de nuestro continente, una historia de necedad, esa necedad que parió con ellas, la necedad de lo que en ese tiempo resultaba necio, la necedad de haber asumido al enemigo, la necedad de haber vivido  sin tener precio.

Voy a hablar de las hermanas Mirabal, Patria, María Teresa y Minerva,  que lucharon por una República Dominicana libre, de  su historia, su lucha, su legado y su relación con el 25 de Noviembre  que hace más de 20 años es un día de lucha y de denuncia.

En el tiempo de las Hermanas  Mirabal.-

La familia Mirabal- Reyes, vivía en Ojo de Agua, en Salcedo, la primera hija en nacer fue Patria Mercedes, el 27 de febrero de 1924, la segunda fue bautizada como María Argentina Minerva, nació el 13 de marzo de 1926, la tercera, Bélgica Adela, alias Dedé  el 2 de marzo de 1925 y la cuarta, Antonia María Teresa vino al mundo el 15 de octubre de 1935.Todas las hijas tuvieron la oportunidad de acceder a la educación , la que fue años más tarde el arma principal de su vida.

Mientras ellas iniciaban su vida, en Republica Dominicana se iniciaba un tiempo de terror, en agosto de 1930  Rafael Leónidas Trujillo asumía la presidencia empezando así un régimen dictatorial de los más cruentos de la historia de América Latina que duró más de 30 años.

En junio de 1949, Minerva y sus padres fueron invitados por las máximas autoridades de su provincia a una fiesta ofrecida en Santiago en el Palacio de la Gobernación en honor al dictador Trujillo, claro está que no era una invitación normal era una imposición directa, esto marcaría el inicio del rumbo trágico para toda la familia. En dicha fiesta Trujillo conoció a Minerva Mirabal y se sintió muy atraído por su belleza. Y si algo caracterizaba al dictador era su misoginia y machismo, por lo que el rechazo contundente de Minerva al acoso y halagos petulantes de Trujillo irritó al Chivo, como le decían,  tomando represalias irreversibles.

El padre de las hermanas Mirabal fue detenido tiempo después, sin ninguna explicación, tuvo una estadía despiadada en la cárcel, así como eran los tiempos de bota militar; como cantaría Charly García; los amigos del barrio podían desaparecer, la persona que amabas podía desaparecer.

Tiempo después Enrique Mirabal logró salir de prisión, sin embargo las secuelas de las torturas lo convirtieron en un hombre muy débil. En paralelo a todo esto Minerva Mirabal ya estaba en la Universidad estudiando derecho, pese a las barreras de la época donde esa carrera estaba reservada para hombres ella logró ser una de las primeras mujeres en obtener Doctorado en Derecho, sin embargo cuentan que Trujillo evitó que le otorguen el título oficial. 

Tiempos de amor, militancia y revolución

Fue en su vida universitaria donde Minerva empezó  la militancia política y conoció al compañero de su vida, Manuel Tavárez que ya era un revolucionario contra el régimen.

María Teresa, la más pequeña se unió a Minerva porque ya había identificado la realidad social de su país y sabía que no bastaba con interpretarla sino que había que transformarla. Ella también conocería a su compañero durante la militancia.

Patria Mercedes, la mayor, era pintora. Se unió a la causa de sus hermanas tiempo después, ya estaba casada y tenía 2 hijos. Escondía en su casa  el material de resistencia, alojaba a militantes y tenía el almacén de armamento.

Minerva admiraba al revolucionario izquierdista Fidel Castro, y muchas veces pronunció  sus famosas palabras, "Condénenme, no importa; ¡la historia me absolverá!", así fue como formaron el Movimiento 14 de Junio, M14. Reivindicando la  expedición armada  llevada a cabo  por un grupo de compatriotas dominicanos con el apoyo de muchos cubanos el 14 de junio de 1959. Este esfuerzo para derrocar la tiranía fue vencido desde el punto de vista militar por el ejército y la fuerza aérea de Trujillo, pero sí consiguió plantar la semilla de insurrección en el pueblo dominicano.

El movimiento fue denunciado al Servicio de Inteligencia Militar, el siniestro SIM, por un infiltrado, el  21 de enero de 1960 fueron detenidos muchos de sus miembros, entre ellos las hermanas Mirabal, Minerva y María Teresa y sus esposos.
Después de torturas, humillaciones y vejaciones de todo tipo liberaron a Minerva y a María Teresa, quienes seguían firmes en sus posiciones políticas y prometieron resistir. 

El último tiempo  de las Mariposas 

Las hermanas Mirabal también eran conocidas  y representadas como las "Mariposas", por ser este su  nombre en las actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía Trujillista, Minerva, mariposa uno, María Teresa, mariposa dos y Patria, mariposa tres.

Su historia se difundió por todo el país por haber sido parte del M14: Movimiento 14 de Junio, por su resistencia en la cárcel y  su posición incorruptible, así también era una noticia a voces que después de haber salido de prisión corrían peligro por estar al asecho permanente de los esbirros de Trujillo.
A pesar de ese clima de amenaza, ellas no dejaron de visitar a sus compañeros en la cárcel pública de Puerto Plata para poder analizar su situación y las alternativas para conseguir su libertad.

Fue  durante  uno de los viajes semanales que efectuaban a la cárcel donde la orden del Chivo  Trujillo fue cumplida. El 25 de noviembre de 1960 el carro donde retornaban a casa, las hermanas Mirabal fueron emboscadas y entre los arbustos en medio de una carretera las golpearon hasta matarlas.  Los autores de este crimen eran  hombres a servicio  del dictador, éstos quisieron ocultar el asesinato  argumentando  un accidente vehicular, lo que por supuesto nadie creyó.

Cuando los cuerpos de Minerva, Patria y María Teresa fueron encontrados el repudio de la población fue en aumento, las mariposas que más resistieron se habían ido, ¿quiénes seguirían ahora?
Muchos afirman que el asesinato de las Mirabal fue la gota que colmó la copa, y que después de ese fatídico día el régimen trujillista iba en descenso imparable. Y así fue,  seis meses después en mayo del 1961 el dictador moriría a manos de sus antiguos colaboradores. 

“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”

Esta frase fue repetida más de una vez por Minerva Mirabal cuando entró y salió de prisión y parece ser que muchos años después su frase se materializaba porque el legado de ella y sus hermanas se posicionaba con mucha fuerza en los movimientos de mujeres,  que reconocían en la que fue su lucha la fuerza de todas las mujeres que han aportado a la historia, porque nunca ninguna revolución se ha hecho ni se ha logrado vencer sin las mujeres.

Por eso en 1981  durante el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, las militantes proponen que se conmemore el 25 de noviembre como el Día en Contra de la Violencia hacia las Mujeres. La delegación dominicana, encabezada por la poeta dominicana Ángela Hernández Núñez hizo la propuesta.

Finalmente el 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), establece el 25 de noviembre como el Día Internacional en Contra  de la Violencia hacia las mujeres.

Hoy Minerva, Patria y María Teresa son un símbolo de lucha  en  República Dominicana. En el país caribeño además de una provincia con su nombre, les han dedicado un monumento en una concurrida vía de Santo Domingo y un museo fue creado  en su honor por Adela Mirabal, Dedé, la hermana que sobrevivió a la dictadura Trujillista.

Este museo recibe todos los días a niñas, niños y  jóvenes de todas las edades quienes salen de ahí conociendo la historia de las mariposas, esas que sembraron libertad.  Y  cada 25 de noviembre se convierte en un lugar de catarsis y memoria para mujeres y hombres de ese país, porque un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.

Hoy las mariposas  somos todas

La historia de las mariposas Mirabal ha inspirado durante años la resistencia feminista y hoy tiene nuevas significaciones, si bien es un fecha reconocida por una organización internacional, a lo largo de los años se ha llenado de sentido con las luchas de las mujeres  en las calles, las que están construyendo sentido común feminista en  espacios cotidianos, en las aulas universitarias, en el trabajo, en los mercados, en los sindicatos, en las cooperativas, en las organizaciones, en  las colectivas, en las plataformas, todos esos espacios que hoy  son de denuncia de todos los tipos de violencia patriarcal.

Afirmo que hoy las mariposas somos todas porque el 25 de Noviembre nos movilizamos a nivel internacional simultáneamente desde nuestras diversas realidades, nos organizamos como lo hacían las Mirabal contra las injusticas que se perpetran en nuestros cuerpos y nuestras subjetividades. Inspiradas en su lucha vamos construyendo otras, vamos edificando sinergias para resistir, resistimos individual y colectivamente.

Somos las mariposas de este tiempo porque hemos tomado conciencia de que ningún proceso histórico se construye sin nosotras,  que sin denuncia no hay cambio, por eso denunciamos las miserias de un sistema que mantiene en la impunidad nuestra opresión. Sin embargo es una opresión de la que hoy somos plenamente conscientes y por eso nos organizamos  para hacer que el fuego, hoy sea nuestro.

Todas construimos el 25 de Noviembre

Hoy los 25 de Noviembre las mujeres de la región tomamos las calles para visibilizar que aun en tiempo de democracia por la cual lucharon Minerva, María Teresa y Patria , las mujeres somos violentadas, somos oprimidas por la alianza criminal entre patriarcado y capital porque quien diga que en estos tiempos nuestra lucha es insulsa o innecesaria está desconociendo que se matan mujeres cada 20 horas, que se violan a más de 2 niñas en un solo día, que golpean a mujeres cada día, que el acoso callejero se campea impune amedrantado mujeres día a día, que la trata de mujeres para la explotación sexual es el negocio lucrativo donde nuestros cuerpos son su principal mercancía, que el aborto clandestino se cobra la vida  de miles de mujeres en su mayoría pobres que mueren por haber tomado una decisión sobre sus cuerpos.

Cada 25 de Noviembre debemos recordar a las mariposas Mirabal para entender nuestra genealogía feminista y seguir construyéndola,  construirla desde nuestras diferencias y nuestros puntos en común, así cada 25 de noviembre se ha convertido en un reto para todas las mujeres que estamos en cuerpo y espíritu en la lucha, porque tenemos claro que cada año tenemos nuevas situaciones que denunciar y visibilizar, y hacerlo de manera colectiva y sorora es el reto permanente, lo que intentamos entre todas, porque se lo debemos a Minerva, Maria Teresa y Patria, se lo debemos a todas las mujeres que mueren en manos de la tiranía machista, se lo debemos a las mujeres que resisten las arremetidas fascistas, se lo debemos a las chicas que están iniciando su vida, se lo debemos a las mujeres que a los 60 años deciden por fin ser felices, se lo debemos  a las mujeres que hoy se revelan y quieren encender sus rebeldías, se lo debemos a nuestras madres a quienes tal vez nunca les hemos preguntado si fueron felices porque tememos la respuesta, se lo debemos a las hijas que decidimos tener, se lo debemos a las que vendrán y sobre todo, nos lo debemos a nosotras mismas porque nos queremos vivas, libres y dignas.

¡!Que más mariposas se propaguen en el mundo los 25 de noviembre y todos los días!¡


*Feminista y Politóloga

miércoles, 15 de agosto de 2018

SOBRE EL 8 DE AGOSTO: LO ÚNICO QUE HEMOS PERDIDO ES EL MIEDO






Por: Anahi Alurralde Molina*

En 1983 el canta autor  Charly García escribía una canción a la que tituló Los dinosaurios van a desaparecer este tema hacía referencia a la cruenta dictadura militar en Argentina. El utiliza la metáfora de los dinosaurios, refiriéndose  a los militares, los compara con los dinosaurios porque que estos eran  monstruosamente poderosos. Dice "Pero los dinosaurios van a desaparecer” hablando del momento en el que acabaría la dictadura,  hace una comparación entre la extinción de los dinosaurios, que en aquel entonces eran los "dueños" del mundo, con la pérdida de poder de los militares y el resurgimiento de una nueva democracia. 

Inicio este escrito anotando este dato histórico porque después de lo que hemos vivido el pasado miércoles 8 de agosto, estoy segura que un nuevo tiempo empezó, que como diría Silvio Rodriguez; la era está pariendo un corazón;  un corazón feminista. Y los dinosaurios: el patriarcado, se va a caer porque lo estamos derribando. 

Días que no olvidaremos, ni olvidarán 

El jueves 14 de junio y el miércoles 8 de agosto de este 2018 fueron jornadas que han marcado un antes y un después en la lucha de las mujeres y ha cambiado el rumbo de la historia. ¿Por qué se preguntarán? Porque en estos días se ha tomado la calle posicionando uno de los temas más controversiales del último siglo, el aborto o interrupción definitiva de un embarazo.  

El país protagonista de estas jornadas es justamente Argentina, del que hablamos en la introducción. El 10 de abril de este año comenzaba el debate sobre la legalización del aborto  en la Cámara de Diputados del Congreso Argentino. Esto fue fruto del esfuerzo continuo del movimiento de mujeres en argentina. El reclamo de distintos grupos de la sociedad civil por legalizar el aborto en ese país tiene casi treinta años de historia, es así que se iniciaba la lucha y meses después,  el 13 de junio empezaba la discusión final, fue una jornada maratónica donde las y los diputados amanecieron expresando sus posiciones, muchas desde el argumento real, otras sólo desde el dogma y misoginia.

Las calles de Buenos Aires amanecieron con carpas y frazadas porque la vigilia fue contundente, allá y en  toda la región estábamos vigilantes vibrando con todas esas mujeres que ocuparon las calles para esperar los resultados. Finalmente en las primeras horas de la mañana del jueves 14 se aprobaba el proyecto que legaliza el aborto, la región se sacudió y lo celebramos en las embajadas argentinas, con abrazos y gestos de esperanza, si ellas avanzaban, estábamos avanzando todas. 

Sin embargo esta era sólo una primera batalla ganada, faltaba la discusión en la Cámara de Senadores programada para agosto, por lo que quedaban más o menos 2 meses más de lucha, e iba a ser más dura, más ácida. Y así fue, la ola conservadora y leal al statu quo arremetió con todas sus armas, pese a esto se llegó al 8 de agosto, (día definido para la discusión en el Senado) con muchísima potencia, porque ahora la fuerza llegaba de aproximadamente 40 países del mundo. 

Si, la campaña iniciada en Argentina que se vistió de color verde recorría el mundo, toda la región se tiñó de verde, el mundo hablaba de lo que iba a pasar en Argentina y llevaban el verde como el color que representaba el apoyo contundente a la aprobación final del proyecto de ley que aprobaba el aborto legal y seguro.

Así fue que el miércoles 8 de agosto en 40 países las mujeres amanecíamos listas para tomar la calle, para hacer de ese día un día nuestro donde gritemos al mundo que no se trata de decir, aborto si o aborto no, aquí el debate es si es legal o es clandestino, un día para hacer  sinergias y posicionar que el aborto existió, existe y existirá y que la clandestinidad nunca ha salvado a nadie, un día en donde cada intervención, plantón, mitin o lo que fuere, denuncie que la mayor violencia estructural contra una mujer es darle a elegir entre ser madre o ir a la cárcel. 

Alemania, Australia, España, México, Irlanda, El Salvador, Guatemala, Italia, Japón, Nicaragua, Costa Rica, Portugal, Perú, Ecuador, Colombia, Estados Unidos, Colombia, Francia , Inglaterra, Uruguay, Suecia, Suiza, Puerto Rico, Paraguay, Austria, Bélgica, Bolivia, y muchos otros países fueron protagonistas en esta jornada histórica. 

En diferentes horarios y con distintas dinámicas las mujeres estuvimos movilizadas simultáneamente, desde Argentina nos llegaban las noticias, las replicábamos en las redes y mediante ellas estábamos conectadas a nivel mundial. Fueron horas de resistencia desde la alegría, porque hablar de la soberanía de nuestros cuerpos ya no significará más hablar desde la culpa o el miedo, por eso las mujeres que vestimos el verde el 8 de agosto estábamos felices porque antes de saber los resultados de Argentina, sentíamos que ya habíamos ganado, que estar ahí tomando las calles hablando de aborto ya era una victoria. 

No se aprobó en el Senado, pero sí en las calles

Después de vivir una jornada intensa en las calles, en las redes y en todos los espacios donde nos atrevimos a posicionar el tema (familia, trabajo, universidad, etc.) el 8 de agosto cuando empezaba a anochecer, la ansiedad recorría la piel de nuestros cuerpos, faltaban algunas horas para la votación final. La conexión mundial continuaba, más intermitente, pero ahí estaba. Ese día el abrazo común fue verde y recorrió fronteras. 

En Argentina llovía, las imágenes hablaban por sí solas, centenares de paraguas de todos los colores cubriendo a mujeres de todas las edades, todas con el pañuelo verde, en el cuello, en el brazo, en la mano, o en la cabeza, pero ahí estaba, ahí se lo visualizaba. Se observaban rostros diversos, cada uno de ellos con un aire de victoria porque sabían que ya habían ganado mucho, que su convocatoria al pañuelazo mundial había sido un éxito y que estaban acuerpadas con la fuerza del internacionalismo feminista. 

En ese momento viendo esas imágenes en medio de la lluvia y la firmeza de las compañeras entendí que la batalla cultural la habían ganado, porque ya se acercaba la media noche y nadie se había movido, y paralelamente en algunos países la vigilia también  continuaba. 

¿Cómo logras esto?  Con trabajo arduo y desde abajo, con educación, con análisis, con debate constante, se logra tomando los espacios más importantes; los colegios, las universidades y todos esos espacios donde día a día transitan y conviven mujeres que guardan historias de vida donde un aborto doloroso forma parte de ellas y al hablar de tema, ellas se te acercan con lágrimas en los ojos y te cuentan que a los 17 años tuvieron un aborto y no se arrepienten, pero que muertas de la culpa nunca pudieron hablarlo con nadie hasta que se empezó a hablar del tema sin reparos. A eso se llama construir sentido común feminista, ese que hace que salgamos de la jaula y entendamos que no tienen derecho a hacernos esto, nadie obliga a abortar, así como nadie puede obligar a nadie a continuar gestando un  embarazo que no desea. 

Finalmente a las 2:00 de la madrugada  del 9 de agosto, el Senado Argentino votaba, el resultado: 31 votos a favor y 38 en contra. Habíamos perdido por 7 votos, las lágrimas no pudieron evitarse, en las afueras del Senado y en cada una de las casas o calles donde recibimos el resultado, lágrimas de impotencia porque estuvimos muy cerca de derrotar el statu quo, ese que mata, pero no se atreven a reconocerlo. 

La lucha se termina cuando se abandona, no cuando se pierde: Aquí nadie se rinde

Pasadas las horas, cuando amaneció, en lugar de cansancio o aire de derrota en nuestros espacios de lucha se sentía satisfacción porque tenemos claro que lo que pasó el 8 de agosto en el mundo, ningún Senado lo borra o lo opaca. Nos sentimos fortalecidas porque hoy sabemos que el aborto nunca más será clandestino para nosotras, porque no sólo luchamos por la despenalización jurídica sino por la despenalización social, esa que  siempre ha sido la más difícil de enfrentar, pero después del 8 de agosto, la afrontaremos con más fuerza, esa fuerza que nos da el acuerpamiento regional y mundial, vamos a enfrentar la injusta criminalización sobre las mujeres que deciden  porque la base política de esta lucha es justamente para que una mujer pueda decidir sobre su vida sin culpas ni disculpas. 

Y si usted lector o lectora, está del otro lado de la trinchera y piensan que hemos perdido, voy a terminar este escrito contándole que si algo se ha perdido el 8 de agosto, es el miedo. Ese que nos ha consumido durante años, ese que limita a decidir, ese que define un destino que no queremos, ese que nos hace ser seres de y para otros. 

Ya no tenemos miedo, porque no sólo somos las nietas de todas las brujas que no pudieron quemar, sino que hoy el fuego es nuestro y ese no nos permite rendirnos. 


*Feminista, Politóloga.

viernes, 13 de julio de 2018

FRIDA NO SE FUE, VIVE EN NOSOTRAS







Por: Anahi Alurralde Molina*


“Espero alegre la salida y espero no volver jamás” fue una de las últimas frases en el diario de Frida Kahlo, se iba despidiendo de la vida. El 13 de julio de 1954 a las 6 de la mañana, con los ojos abiertos y sin pulso la encontraron en su habitación  en la casa azul. Su última aparición pública fue el 2 de julio  salió a una manifestación política en apoyo a  Guatemala, donde había tomado el poder un gobierno reaccionario y funcional a los Estados Unidos mediante su agencia de inteligencia CIA. Asiste en una silla de ruedas,con un pañuelo en la cabeza, llevaba en una mano una pancarta con una paloma pintada y levanta la otra con el puño cerrado.Acababa de salir de una bronconeumonía, tenía prohibido salir, pero insolente como fue siempre,  desobedeció, no podía dejar de poner el cuerpo en las causas sociales. Frida debió morir treinta años antes en el trágico accidente del tranvía, pero su cuerpo roto,  mutilado, fraccionado se mantuvo unido el tiempo suficiente para fundar una leyenda y un repertorio de obras que la resucitarían muchos años más tarde.  




Por eso, hoy 13 de julio quiero hablar de las obras de Frida porque considero que su pintura es un poco como la biografía de un alma, porque siento que todas tenemos a dos fridas en nuestro interior. Quiero hablar de las pinturas que más me han permitido conocerla, entenderla y sentirla. 



El pincel de la sinceridad: Frida en 5 obras.- 


A 64 años de su partida física escogí 5 obras de Frida para recuperar históricamente lo que se le debe a la Paloma, porque aún escucho comentarios que se refieren a ella como la “esposa” del gran muralista Rivera, desconociendo completamente que ella fue la primera mujer en la historia del arte que ha expresado con franqueza inquebrantable y tranquilamente feroz los hechos particulares que conciernen exclusivamente el ser mujer. Fue una mujer que desafió sus roles, y una artista que ganó espacio por espacio uno de los lugares más importantes en la historia de México y  del mundo.
Escogí estas 5 obras de las que hablaré porque cada una guarda una historia de Frida y quizá de cada una de nosotras en algún momento de nuestras vidas. Lo haré de acuerdo a un orden cronológico.



Las dos Fridas, 1939
Esta una de las mejores obras de Frida, para mí y para muchos críticos de arte, el museo de Bellas Artes de México la compró en 1947.
Y ¿qué quiso expresar Frida en esta pintura? Definitivamente su estado emocional actual, ella había empezado el cuadro tiempo atrás, pero lo termina en 1939 que es el año donde se divorcia legalmente de Diego. 
Lo primero que vemos en este cuadro es un doble autorretrato, en donde las dos Fridas están sentadas sobre un banco de madera con paja, se puede ver por encima de su ropa los corazones al descubierto, están conectados mediante una arteria con el corazón de la segunda Frida, a su vez se encuentran unidas porque están tomadas de las manos.
Se puede ver la dualidad de una mujer, es la doble visión que Frida tiene en ese momento sobre ella misma, que por un lado se encuentra fuerte y enamorada y por el otro tiene el corazón completamente roto, en esta Frida se da a notar el dolor y el sufrimiento que esto le causa ya que su vestido blanco se encuentra manchado de sangre.
La Frida de la derecha viste un traje mexicano pero también es ella quien sostiene en sus manos el retrato de Rivera. La presencia de la oposición entre poder y sumisión muestra de forma lúcida el aspecto dicotómico sobre la represión de la mujer.
La Frida del lado izquierdo del cuadro está vestida con un traje blanco estilo europeo que contrasta con la Frida mexicana. A pesar de esta diferencia, Frida muestra que están unidas tanto emocional, a través del corazón, como racionalmente, a través del acto de las manos tomadas.



Auto retrato con pelo corto, 1940
Este es uno de los auto retratos que conocí recién hace unos años y al buscar su historia entendí que Frida se iba a resignificando en cada pintura, en cada acto. Este es el primer auto retrato después de la separación con Diego, Frida se corta el pelo, guarda los vestidos y se repiensa, yo interpreto a esta pintura como una manifestación para empezar a construir su independencia y replantearse desde la libertad. 
Se ha cortado el largo pelo que Diego tanto admiraba. En su mano izquierda sostiene un mechón del pelo cortado, como un emblema del sacrificio. En su mano derecha sostiene las tijeras con las que se ha martirizado su pelo, símbolo de su femenidad. Los mechones de pelo están por todos lados, como si tuvieran vida propia. Rodeada por la evidencia de su acto, Frida se sienta en medio de un espacio amplio y vacío que sugiere la profundidad de su desesperación y soledad. 
La artista había  matado a “la esposa de Diego Rivera” para convertirse en una mujer independiente, de mirada desafiante, que está dispuesta a reclamar su lugar en una sociedad dominada todavía por los hombres. }



La Columna Rota, 1944
Frida pinta este cuadro en el  tiempo donde su salud se había deteriorado profundamente y tenía que llevar un corsé de acero para sostener la columna vertebral durante 5 meses, los dolores eran intensos e imparables.  En este cuadro Frida está sola, en un espacio árido, bajo un cielo tormentoso. Era tal vez una manera de recordarse así misma que su dolor físico y emocional lo tenía que manejar sólo ella. 
Abre su torso en canal, del cuello a la pelvis, y sustituye sus vértebras por una columna jónica rota en varios pedazos que se mantiene en pie gracias a las cinchas del corsé, un elemento extraño a su cuerpo sin el cual toda la estructura se vendría abajo. Los clavos en su cuerpo y las lágrimas que le brotan por los ojos nos hablan de su profundo dolor, los clavos más grandes simbolizan donde más le dolía, uno de ellos está en el corazón. 
Esta pintura nos recuerda que podemos rompernos física, pero sobre todo emocionalmente y que romperse no significa rendirse, Frida nunca lo hizo, soportó más de 30 operaciones en su vida y aunque en este cuadro expresa un profundo dolor también nos recuerda que romperse no está mal porque te permite rearmarte. 



Árbol de la esperanza, Mantente firme, 1946
Esta pintura es una de las obras de Frida con las que más me conecto, fue una de las primeras que conocí y desde ese momento supe que también hablaba un poco de mí.
La pintó después de una cirugía quirúrgica frustrada en Nueva York que le tendría que haber recompuesto de las secuelas del accidente de tráfico que sufrió a los 16 años dejándola aún peor de como se encontraba con unas terribles cicatrices de las cuales ella misma decía «esos cirujanos, hijos de perra, mira como me han dejado»
Sin embargo aunque en la mayoría de sus pinturas resalte la crudeza de sus sufrimientos ella  nunca dejó a un lado el optimismo que la hacía mantenerse en pie. Y un ejemplo de esto es justamente esta obra donde se entremezcla agonía con esperanza.
Con la frase que aparece en la banderita que sujeta en sus manos: 
" Árbol de la esperanza mantente firme" Frida  parece querer darse fuerzas así misma. A su cuerpo herido  y debilitado se opone la Frida fuerte  con mirada penetrante. El dualismo de su personalidad, de su ser, se refleja otra vez en esta obra, en las dos mitades del cuadro, dividido en día y noche. El sol que según la mitología azteca se alimenta de la sangre de las víctimas humanas, corresponde al cuerpo mutilado. Dos profundos desgarramientos en la espalda encuentran su correspondencia en el agrietado paisaje de fondo. La luna, en cambio, símbolo de feminidad, conecta con la Frida fortalecida, llena de esperanza y firmeza para seguir.



Venado Herido, 1946
Esta obra refleja una de las más profundas depresiones de Frida, atormentada por el dolor físico de su columna decide pintarse con el cuerpo de un venado que tiene clavadas diez flechas en su cuerpo sangrante. Está  protegido o encerrado por un bosque de árboles secos. En el horizonte se visualiza una especie de mar cubierto por un cielo tormentoso.
Las flechas clavadas en su cuerpo, la sangre que brota a partir de ellas y su mirada adolorida pero serena como de quien ya conoce el dolor, de quien se siente abatida por el mismo, pero ya sabe como dialogar  con él.  
Algunos han interpretado este cuadro como la incapacidad de Frida de cambiar su propio destino, otras piensan que quería reflejar la profunda frustración por la operación fallida y los intensos dolores que le causaron y que por más que pasaba el tiempo no se iban. 
Para mí es una de sus obras más intensas respecto al dolor, que sin duda es tema clave en todas sus creaciones, en esta a través del venado habla de cómo la vida,  la va hiriendo de muerte, por esto las flechas y la sangre. 



Sus enseñanzas la mantienen con nosotras.


Quise hacer este recuento de las obras que más me conectan con la paloma a 64 años de su partida física para posicionar que a través de cada una de sus obras ella está, siempre está. Porque en ellas nos dejó mensajes sobre la belleza y la amargura de la vida, sobre lo tormentoso del desamor y lo mágico de amar y amarse, sobre la deconstrucción de la que tanto hablamos hoy, porque ella desde el dolor y la resistencia supe re y deconstruisrse las veces que le fueron necesarias.


Feminista y Politóloga

domingo, 24 de junio de 2018

HOY QUIERO HABLAR DE FRIDA





Texto publicado en el Semanario La Época: http://www.la-epoca.com.bo/index.php?opt=front&mod=detalle&id=6873 


Por: Anahi Alurralde Molina*


Ya hace tiempo que tengo claro que uno de los momentos donde se ejerce uno de los mayores actos de libertad es aquel donde decides  escribir, ese sublime momento dónde eres tú la dueña de la pluma, eres tú la que crea el guión y dirige la obra, la que transforma la trama y puede crear distintos epílogos. Justamente así me siento al empezar este escrito que es fruto de delirantes lecturas, pero sobre todo es producto de la pasión. Si, la pasión porque voy a hablar de Frida Kahlo, y para hablar de ella puedes carecer de todo menos de una visión apasionada de la vida. 


Por qué hablar de Frida


Quizá muchos se pregunten, pero qué más podría decirse de la  mexicana Frida Kahlo, eterno altar al sufrimiento, la de la pintura surrealista, (un total contrasentido), la mujer que vivió en perenne sumisión. Aquella cejeñuda que el capitalismo se ha encargado de folclorizar, de crearle  falsos mitos, de comercializarla, reducirla y banalizarla, por eso hay que hablar de ella, de la Frida de las dualidades, la del diario y las escrituras, la de los autorretratos, la de las ofrendas, la de las cartas amorosas, la del gusto por la naturaleza, la militante de izquierda, la amiga de las buenas causas.


Hay que hablar de Frida porque a 111 años de su natalicio, su memoria merece que la desfolcloricemos, que la desmitifiquemos y la entendamos como la Frida de la que se habla todos los días; en la reunión de amigos, en los círculos feministas y no feministas, a la salida del cine; la Frida puesta en escena, la que inspira la imaginación y la simbología de otros artistas, la Frida que habla de su psique y de su cuerpo, la Frida que enciende el debate, que vivifica las palabras del crítico, de la  biógrafa o la del cronista, aquella que con su historia exalta los corazones de quienes la admiran y la odian.  Por eso quiero hablar de la friducha, sobre todo porque como leí alguna vez “Si se le rasca tantito (qué mejor que con la suficiente agudeza), todas tenemos al menos dos infinitas Fridas en el interior”.


Frida niña pata de palo


Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, una mezcla hispanomexicana- alemana, la tercera hija del matrimonio Kahlo- Calderón. Su padre Wilhelm Kahlo alemán, en 1872 decide viajar a México buscando otros horizontes, hispanizó su nombre llamándose desde ese momento hasta su muerte Guillermo, su madre Matilde Calderón originaria de Oaxca, fue la mayor de 12 hijos, educada religiosamente  para contraer matrimonio en el plazo deseable  y mantenerlo para siempre. 


¿Por qué Magdalena Carmen Frida? La historia de su nombre tiene una leyenda singular que merece ser contada: Su padre insistió en que debería llevar un nombre alemán, eligió Frieda, que significaba paz, sin embargo el día del bautizo, el cura al escucharlo quedó absorto y sin reflexionar mucho expresó: lo lamento, ese nombre no está en el santoral. Matilde, mujer religiosa devota de la virgen de la soledad quedó horrorizada; los demonios perseguirían a la pobre niña si no la bautizaban, no podría escapar del infierno, era impensable. Hubieron discusiones que finalmente llegaron al acuerdo: aunque con nombres de santos previamente, llevaría el nombre de Frieda, que al traducirlo tiempo después quedaría como Frida. La niña salió de esa iglesia bautizada como Magdalena Carmen Frida, los dos primeros para el bautismo, el tercero para la vida. 


Cuando Frida hablaba de su niñez alguna vez contó que fue maravillosa, sin embargo varios relatos revelan lo contrario, pero no nos concentraremos en eso. Su infancia transcurrió en Coyoacán que en esa época estaba a una hora de la ciudad de México. Recibió mucho amor y empatía de Guillermo, el hombre de su vida en su niñez, quien  siempre supo que ella sería especial, Matilde por su lado nunca entendió la vitalidad descomunal de Frida, nunca fueron amigas, pero se quisieron a su manera. 


A los 7 años le diagnostican poliomielitis después de una caída  en Chapultepec, una de las piernas queda más delgada que la otra, empieza a desarrollar una leve cojera. Los dolores fueron intensos, alguna vez que habló de esto afirmó: “lo que es seguro es que aquel día el dolor entró en mi cuerpo por primera vez”.


Empezaron las burlas, empezó a conocer la crueldad del mundo. En la escuela la llamaban Frida pata de palo. Carlos Fuentes afirmaría: “México tiene una particular y peculiar capacidad para ejercitar la malicia,  ridicularizando al prójimo especialmente al baldado, al imperfecto. (Yo aseguro que Bolivia también la tiene, pero no es el espacio para profundizar en eso).


Este es uno de los acontecimiento que van a constituir la personalidad de Frida, la poliomielitis le exigirá adoptar una estrategia de supervivencia, habría que disimular la cojera llevando unos calcetines muy gruesos para ocultar la delgadez de las piernas y caminar dando saltitos para parecerse a las demás. Esto explicaría también  más adelante las largas faldas. Habría que ser más traviesa, divertida, no temer utilizar palabras groseras, hacer reír, provocar.  Empezaba a darse cuenta de que ella sería especial, que su vida no transcurriría en el equilibrio normal. 


La eufórica adolescencia y la tragedia


A los 15 años, Frida era una adolescente sin duda frágil, pero valiente y voluntariosa, un tanto áspera, con labios sensuales, cejas juntas que remarcan dos ojos profundamente radiantes, cabellera larga y negra que pronto fue sustituida por un corte de melena, sin duda no pasaba inadvertida. En 1922 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, en ese tiempo pocas mujeres lo lograban, Frida es una de las treinta y cinco primeras mujeres que estudian ahi entre dos mil estudiantes. Allí se impregnó del renacimiento cultural a través del cual muchos jóvenes de su generación, y muchos intelectuales, filósofos, escritores, músicos y poetas se esforzaron en crear una fisonomía y cultura mexicana.


Frida formó parte del grupo los “cachuchas” denominado así porque  tenían como signo distintivo una gorra peculiar, eran 9, siete chicos y 2 mujeres. La mayoría al llegar a edad adulta serían importantes en el mundo intelectual y universitario mexicano. Los cachuchas reivindicaban un socialismo que quería probarse pasando por el retorno a las fuentes, se cultivaban leyendo de todo: filosofía, literatura, poesía extranjera o hispanoamericana, periódicos y manifiestos contemporáneos. 


Hay que destacar a Alejandro Gómez, uno de los cachuchas, quien fue su refugio afectivo por extensísimo tiempo, si Alejandro fue el primer receptor de las tan mentadas cartas de amor de Kahlo, antes de aquel muralista del que casi no hablaremos. Alex, como ella lo llamaba marcará huellas muy importantes en Frida, será su eterno recuerdo, su añorada evocación, su más dolorosa ausencia. Las secuelas de su infancia se empezarían a reflejar en esta etapa; Frida tenía la necesidad desenfrenada de reconocimiento, una inmensa necesidad de amor. 


Quizá Alex es tan importante en la vida de la friducha porque está con él aquel fatídico 17 de septiembre de 1925, una tarde lluviosa donde ambos  arribaron a un primer coche, Frida se bajó;  olvidó la sombrilla, y se montan en el siguiente, esos autobuses modernos, que son más rápidos y espaciosos que los antiguos tranvías. Minutos después, un trolebús arremete contra el coche que iban los felices novios, amigos y confidentes, el choque es bestial, el autobús queda partido en dos. 


Las consecuencias para Frida: Fractura de la tercera y cuarta vértebras lumbares, tres fracturas de la pelvis, once fracturas en el pie derecho, luxación del codo izquierdo, herida profunda en el abdomen producida por una barra de hierro que penetró por la cadera izquierda y salió por la vagina, desgarrando el labio izquierdo. Gerard de Cortanze afirmaría: Aquella tarde del 17 de septiembre el cuerpo de Frida Khalo se rompió. El alma encontró refugio en el rostro, y una nueva forma de expresarse: la pintura.


Jamás pintó sueños, pintó su propia realidad


La sensación de ser rechazada, abandonada, ignorada, resurgirá. A partir del accidente el dolor, el coraje y la presencia de la muerte formarán temas dominantes en su vida y en su obra. 


Su sueño de estudiar medicina queda atrás, definitivamente todo había cambiado, pero no tardó mucho en re direccionar el camino con las nuevas características que el destino le impuso. 


Vamos a volver a Matilde, la madre fría e inestable, porque es ella que sin saberlo tiene una idea que definió un futuro, le da a Frida la herramienta que le permitió  entender su vida después del accidente. Manda a fabricar encima de su cama una especie de caballete dotado de un sistema que permitía a Frida pintar acostada y con un espejo en el cual se podía ver. 


¿Qué significó esto? Cuando Frida vio su imagen cerró los ojos ya que no podía volverse en la cama para esquivar el reflejo. Así como alguna vez lo hemos nosotras, aunque sea una vez en la vida, evitando un rostro o un cuerpo atormentados por el dolor. En cuanto levantaba los ojos, Frida veía a Frida, espejo implacable, compañero imprudente, había que hallar un modo de convivir con él, y su primer paso fue detener la mirada frente a ella y observarse, surco por surco, los mínimos gestos, aquí nacen los autoretratos que serán parte fundante de su obra. Hoy podemos decir que éstos pueden verse como autobiográficos, para conocer a Frida sin duda hay que analizar esos cuadros donde ella se refleja, se define y cuenta en cada uno un trozo de su vida. Un crítico de arte afirmó: Al contrario de Picasso o Van Goh, ella no escruta su cara y, al no imponerse ningún experimento formal, se muestra y expone un personaje que tiene sentido, que sufre, desafiante, que se enfrenta al espectador y aunque son raras las veces, también se esconde.


Sus decisiones: reinventarse y resistir


La pintura le abre un nuevo mundo a Frida, empieza a reinventarse, conoce un circulo distinto, empieza a militar en el partido comunista, conoce a Tina Modotti, una conocida fotógrafa social revolucionaria, se hacen íntimas y es un su casa donde entabla relación con Diego Rivera,  claro que sus primeros encuentros se dan años atrás en la preparatoria, pero no quiero profundizar en Diego ni en las versiones de su romance, porque este escrito es para hablar de ella.  


Rivera constituyó una parte elemental de su historia, es innegable,  ella misma lo dijo; tuvo dos accidentes en su vida, el primero en el autobús, el segundo fue él y fue el peor. Sin embargo quiero desmitificar ese cuento de que Frida fue la eterna tonta sumisa, efectivamente existió lo que hoy llamamos una dependencia emocional enfermiza que  justificó todo por amor, pero por qué no se habla de las decisiones de autonomía de Frida, como la de ser ella quién haya propuesto el puente en la casa de San Ángel, esa que hoy es conocida como Museo Casa estudio Diego Rivera y Frida Kahlo. Ese puente que para ella simbolizaba la independencia de su cuarto propio, de su tiempo para pintar, para crear. 

Ella tuvo el suficiente discernimiento crítico para decidir que su espacio no era negociable y no lo fue. O por qué nunca se menciona que en los periodos de separación con Diego ella supo mantenerse económicamente y que nunca se humilló, ni mendigó, que cuando estaba separada de Rivera, fue el periodo más fecundo de su vida artística, pintaba desde el dolor si, pero decidía hacerlo y ahí está lo maravilloso, Frida decidía a través de sus obras parirse a sí misma más de una vez. Y con esto no pretendo invisibilizar la miseria de Diego como hombre, en lo absoluto, pero es necesario preguntarse ¿cómo entendió el amor la friducha? después de conocer su historia, sus dolores de infancia, sus avatares en la adolescencia, el dramático accidente que la rompió ¿podemos juzgar su formar de amar? Yo no me atrevo porque he entendido que  todas actuamos  en el amor desde las herramientas emocionales que vamos construyendo, esas que la vida nos da las condiciones de construir, ¿Qué condiciones tuvo Frida? 


Frágil como las alas de una mariposa, ácida como la amargura de la vida


Voy a finalizar este escrito enfatizando en la necesidad de conocer de Frida, de entender su obra para comprender su mundo ese universo colorido, frágil y a la vez de acero que simbolizó para sobrevivir. Hoy quise hablar de ella porque me ha enseñado que después del desequilibrio una sigue soñando, un poco a pesar suyo, una se agarra de un salvavidas, de la salvación imaginaria, una está por ahogarse, pero en la superficie siempre se vislumbrará algo que nos haga resurgir.