martes, 6 de junio de 2017

Por esa amiga a la que le jodieron la vida







Por: Anahi Alurralde Molina


Era de noche cuando recibí esa llamada hace ya una semana.

La voz de mi madre me advertía que algo no estaba bien, que vuelva a casa acompañada, que no está tranquila.


No pasaban de las 11 de la noche, por lo que pensé que estaba exagerando, sin embargo la voz se le iba quebrando a medida de que enunciaba sus palabras, me inquieté y volví a casa, llegué bien y directo a buscarla.


Después de escucharla no volví a dormir en paz, por eso hoy aprovecho este insomnio para contar esta historia real, que marcó la vida de una amiga con la que no fuimos cercanas, pero la conocí lo suficiente como para decirle que le creo, que la abrazo y la acompaño.


Ya han pasado casi 15 días desde aquel viernes donde al salir de clases, aproximadamente a las 10 de la noche,  esa lluvia nocturna que se apodera de La Paz, le llevó a decidir tomar un taxi para ir a casa más rápido y sin pasar mucho frío, así  como lo hacemos la mayoría de paceñxs en estos días de frio estrepitoso.


No habían pasado ni 3 cuadras y el chofer le hizo charla respecto al clima helado que estas últimas semanas azotó a La Paz. Ella con esa simpatía y carisma que le caracterizan respondió y entablaron una conversación cotidiana entre pasajera y taxista, nunca imaginó que esa conversación le cambiaría la vida para siempre.


Después de unos minutos, el “amable” chofer le ofreció un dulce para calmar el frio, ella crédula e inocente aceptó. Casi inmediatamente empezó a perder el conocimiento y cuando lo empezó a recuperar tenía a ese hombre desnudo encima de ella.


Con las pocas fuerzas que tenía su cuerpo después de haber sido dopado con quien sabe qué droga, logró zafarse y llegar hasta una avenida cercana para pedir ayuda, los vecinos lograron auxiliarla e impidieron que el macho huya.


Mientras el entraba a celdas policiales, ella se limpiaba los rastros de semen que quedaron en su cuerpo.


Mientras el prestaba su declaración de los hechos, ella no terminaba de entender lo que había sucedido, ¿Por qué? se preguntaba a medida de que reaccionaba paulatinamente de los efectos de la droga.


Mientras él se acomodaba en el espacio que le habían asignado para dormir, ella sabía que después de ese día nunca más volvería a conciliar el sueño con la misma libertad de antes.


Las horas pasaron, ya había amanecido y para ella empezaba una peregrinación, tenía que ir a los lugares correspondientes para los análisis del VHI, el de ITS y otros más, seguía sin poder reaccionar ni entender nada. Ella no había iniciado su vida sexual, le temía un poco a esa experiencia.  No logra entender que buscaba el violador.

  
Yo después de cavilar mucho en el tema, creo poder responder a esta pregunta.


¿Qué busca el violador?


Antes mi respuesta hubiera sido que sólo busca  placer sexual, sin embargo hoy entiendo que las relaciones de género son un campo de poder y que por eso, quizá en lugar de hablar de  crímenes sexuales hay que hablar de crímenes del poder, de la dominación.


Rita Segato, una antropóloga que se ha especializado en la temática de violencia, afirma que la violencia contra las mujeres no tiene solo un eje de relación entre el agresor y la agredida, sino que es una relación entre hombres que expresa  un mandato de masculinidad.


El mandato de masculinidad es un mandato de violencia, de dominación, el sujeto masculino tiene que construir su potencia y exhibirla  a los ojos de los otros,  de sus congéneres.


El hombre tiene que probar su masculinidad todo el tiempo porque es cuestión de prueba, de examen, de adquisición de un estatus que no es dado de por sí, sino que tiene que ser constantemente reproducido. Entonces, el hombre más peligroso y tóxico es el sujeto inseguro porque ese estatus lo adquieren por la vía de la fuerza y de la violencia sobre todo contra las mujeres, es decir,  prueban su potencia mediante el cuerpo de las mujeres.


Ahora entiendo que en una violación no hay una relación sexual ni una búsqueda de placer, lo que  hay es un deseo de control, de apropiación, de posesión. Porque el hombre para sentirse hombre necesita sentirse viril y tiene que demostrar su capacidad de control y secuestro sobre el cuerpo de una mujer. El violador obedece un mandato de masculinidad que le demanda un gesto extremo aniquilador de otro ser para verse y sentirse como un hombre. En el acto de violación hay una libido dirigida no al deseo ni al cuerpo de la víctima sino al poder de saberse su dueño y poseedor.


Para él la cárcel y para ella  ¿qué sigue?


Hoy ella no tiene esa simpatía en la sonrisa y ese carisma en el carácter,

Hoy ella siente vergüenza de su cuerpo y lo ha lavado hasta el cansancio,

Hoy ella se mira al espejo y no se reconoce, siente que ese viernes no sólo violentaron su cuerpo, sino su vida misma.


Porque la violación es eso, otra forma de matar a las mujeres. Otra manera de anularlas y de decirles que sus vidas no valen.


Mientras escribo esto, me pregunto ¿Qué hay después de una violación? Para el macho violento en el mejor de los casos, habrá una sentencia que lo condene a  unos años de cárcel.


Y para ella y ellas, ¿Qué hay, que sigue? Y hablo en plural porque hoy me toca contar una historia que estoy viviendo de cerca, pero sé que en nuestro país se violan a mujeres todos los días. Todos nos alimentamos del morbo de la noticia mediática, pero de ellas no sabemos nada, nadie se pregunta qué pasa al día siguiente con esa mujer, con su vida y los sueños que tenía.


Esa mujer,  esa amiga a la que ese viernes le jodieron la vida quizá nunca llegue a leer este escrito, pero necesito hablarle y a través de ella a todas esas mujeres que sufrieron una vejación sexual, decirles que esos machos que las violentaron que usaron su órgano sexual masculino como un arma para destruirlas, no son seres anómalos. En ellos irrumpen y brotan  determinados valores que están en toda la sociedad, una sociedad moralizadora con las mujeres.


El mensaje que dejan en ellas es para todas, porque la violación no es un hecho genital, es un hecho de poder y no están diciendo que tienen poder sobre todas nosotras.


Generalmente,  convertimos al violador en un chivo expiatorio pero él,  fue el protagonista de una acción que es de toda la sociedad, una acción moralizadora de la mujer. El violador cree que la mujer se merece eso. Y por eso empiezo a creer que  los jueces, los abogados, los legisladores, no están formados, no tiene formación suficiente para entender esto.


Resilencia, resistencia para sobrevivir


Quiero terminar este escrito contando que lo hice porque hay que salir del morbo de la noticia inmediata y analizar el porqué de la violencia.


Escribí esto porque hay que hablar de estos temas y no quedarnos con conclusiones reduccionistas y simplonas, porque si no se comprende qué papel tiene la violación y la exterminio de mujeres en la sociedad actual, no vamos a hallar soluciones, hay que socializar los análisis, sobre qué  es el acoso callejero, qué es un acoso sexual, una agresión sexual, qué es una agresión íntima dentro de  las relaciones de pareja, o qué es una violación anónima en la calle como le pasó a mi amiga.


Hoy mediante estas letras denunció este hecho, mañana lucharé porque no quede en la impunidad, y todos los días intentaré resistir desde la resilencia para sobrevivir porque ya entendí que nacer mujer es un riesgo constante.


Y  el día que esa amiga mía me permita, la volveré a ver y sólo le daré un abrazo de esos que intentan llegar al alma.














4 comentarios:

  1. Muchas Gracias por hacer este post, tu mirada a este tema es increible, q t puedo decir, el poder del macho sobre la hembra seria antropologicamente hablando, increible, tb m pasaba hrs pensando en ste tema, no profundize a tu nivel, pero llegue a una conclusion, la costumbre q promueve desigualdad entre hombres h mujeres tb es un factor hacia esto, el machismo tiene raices biologicas, es romper el molde q somos, q sea normal ese comportamiento no significa q este bien, eso pienso, una vez mas gracias por tus palabras, reflexionare mas sobre el tema @:^)

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  2. Realmente es un buen análisis y triztemente refleja el diario vivir de las mujeres en el país de una situación a la que no somos ajenas, ya que le puede pasar a cualquiera yo soy madre de una adolescente y todos los días rezo por que ella llegue sana del colegio siempre que puedo la recojo y estoy pendiente de ella pero se que no siempre sera así y la verdad por muchas cosas que yo tb pase en mi vida siempre le recomiendo que tenga cuidado que no confie lamentablemente en nadie aunque se que quizas con ello no permito que desarrolle otras características propias de su edad, en fin creo que hoy en día en este país ya sea en una urbe o en una comunidad rural siempre sera un riesgo nacer mujer.

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  3. Gracias, te lo digo con el corazón en la mano y los ojos brotando lagrimas. Estamos en el cambio, lo estamos moviendo, vamos a revolver toda esta mierda hasta limpiarla de las construcciones sociales que nos han sometido durante tanto tiempo.

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